Hace pocos días se inauguró en Melilla la tienda Imaginarium, empresa española líder en juguetes educativos infantil y de ocio familiar.
Grata fue nuestra sorpresa, tal vez por nuestra preocupación del abuso de espacio para los CO2ches y la recuperación del espacio público para las personas, especialmente para los niños que han perdido parte de sus posibilidad para desarrollar su personalidad en las calles, descubrir la gran cantidad de juegos para utilizar al aire libre, motivados tal vez por la estación veraniega. ¿Tienen los niños melillenses espacio para su desarrollo? Afirmamos que no, ni se tiene formación para reconvertir el espacio pensando en esta línea, pues no se basa en crear parques infantiles –criticado en la recuperación del espacio para los niños-.
Nos llamó la atención la llamada bici evolutiva (ruedas de 14″) para niños de 3 a 5 años por 199 euros. Con una primera fase de correpasillos sin pedales -para desarrollar la conducción y especialmente el equilibrio- y otra fase de bicicleta en la que se puede acoplar unos pedales. Ya hemos experimentado con este tipo de bicicletas, pero no nos gustaba tanto que la marca fuera BMW, toda una estrategia para fidelizar clientes desde etapas más inocentes e influyente. Tiene las mismas características: ligereza, freno de contrapedal -hay que enseñar a iniciar el pedaleo sin la posibilidad de colocar el pedal dando hacia atrás; es más interesante este freno porque a estas edades tienen más fuerza en los pies que en las manos y se pueden centrar en la dirección- y freno delantero -con más potencia y no se cogen velocidades para preocuparse de salir disparado por delante-.
También venden un kit con casco, coderas y rodilleras. Muy interesante para los inicios de cualquiera de las dos fases: correpasillos y bicicleta. Aprender a caer es otro objetivo y hacerlo sin hacerse daño es algo que mantiene la motivación por continuar pedaleando.
Puede que esta calidad en las bicicletas de iniciación, poco común en el mercado, esté razonado por la introducción del Presidente de Imaginarium en su catálogo de primavera-verano de 2011 en el que comenta: “Recuerdo el día en que mi padre me regaló mi primera bici. Era roja y brillante y aquel verano fuimos inseparables. Fue uno de mis juguetes favoritos porque con ella aprendí a disfrutar mucho más de los días de verano, del aire libre. Hoy, cuando veo a algún niño montado en su bici, reconozco en su cara la misma felicidad de entonces porque por mucho que pasen los años, la emoción de un niño, las ganas de aprender y de disfrutar siguen siendo las mismas“.
